Es algo que no sucedió
que debería haber ocurrido
todo por una irregularidad
tan regular como preocupante.
Y no necesito más
que esa palabra tranquila
que dice que todo está bien
que todo estará bien.
Esa palabra que me conoce
que sabe qué decir y cómo
para que pueda creer
para que me pueda convencer.
Es que en tan sólo
dos segundos
la duda sí desaparece
dandole su lugar a una certeza.
Y entonces
la esperanza se desvanece
tornando el aire más denso
y vacío.
O quizás la esperanza
se transforma en alivio
pero el aire sigue denso
y aún más vacío.
No sé si por la palabra
que nunca dijiste
no sé si por lo que percibí
pero creo estar más sola que al principio.
jueves, 26 de noviembre de 2009
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